También el teatro nos salvará

También el teatro nos salvará:
Reflexiones sobre el teatro en el Día Internacional del Teatro.

Os proponemos la lectura paciente y minuciosa de este texto, extraído del discurso de inauguración de la temporada 22-23 del TNC realizado por su directora artística, Carme Portaceli que, en este Día Internacional del Teatro , queremos recuperar y compartir con vosotros con la idea de aportar una mirada de esperanza.

El mundo se ha convertido en un archipiélago de soledad

A pesar de la cantidad de información, la constante conexión gracias a la digitalización no hay mayor proximidad. No se traduce en lazos. Las redes sociales, colocando el ego en medio, han matado la dimensión social de la comunicación; se nos invita a explicar qué pensamos de cualquier cosa, a expresar unas opiniones sin argumentos, a ejercer una «sinceridad» cruel e innecesaria que tiene mucho que ver con una relación humana «real». ¡Se nos invita a comunicar nuestras necesidades, nuestros deseos ya convertirlos inmediatamente en derechos! El culto y la adoración del yo. Y la soledad y el aislamiento aumentan, pese a la hipercomunicación digital.

¿Quién nos ha metido en la cabeza la idea de que el origen de todo placer es un deseo satisfecho? Sólo una sociedad capitalista llevada a su límite se orienta hacia la inmediata satisfacción de los deseos. En la sociedad de la inmediatez, la satisfacción de un deseo de forma casi automática se ha convertido en una nueva droga sin nombre.

Comunicación sin comunidad

El teatro es un ritual y es un espacio de igualdad entre humanos. Este espacio de igualdad y escucha profunda está iluminado por una belleza invisible, de miles de años, de miles de voces, de memoria, de vivencias y de reflexiones que otros han hecho antes que nosotros, de preguntas , de conciencia de la existencia humana y de esa luz que se mantiene viva y que necesita paciencia para ser vista.

La paciencia es protectora, nos permite atravesar situaciones adversas sin derrumbarnos. La paciencia es la capacidad mental que permite aplazar y controlar impulsos y perseverar en una conducta a pesar de las dificultades; es la fortaleza del alma frente a las pasiones. Con paciencia se ven brotar los árboles para llenarse de vida en primavera. Y con paciencia podemos ver esa luz reveladora. Todo lo natural es, desarrollo, paz, prosperidad y belleza en el mundo, descansa en la paciencia; se necesita tiempo, silencio y confianza. Y esto nos llevará a la conciencia, la constatación de lo que somos y la ética y la moral que debemos seguir.

Es un tiempo de cambios y de rupturas que nosotros, los y las artistas, la gente del teatro, debemos transmitir con un lenguaje que llegue al corazón, no como una más del millar de noticias que nos llegan constantemente. Posiblemente sea la única motivación para salir de casa en este momento: estar juntos, respirar y latir juntas, vivir una experiencia juntos.

La experiencia del teatro

El teatro es una experiencia que tiene como eje central este prodigio que posee la mente humana: la capacidad de vivir otros mundos, y el teatro es un lugar donde se viven otros mundos, donde se habla de la vida y de los misterios del existencia humana o si se tratara de otro lugar, de otro mundo. A través del llanto, de la risa, de las emociones, de las ilusiones y desilusiones, el teatro nos permite entender un poco más nuestra existencia. Y, como dice Peter Sellars, nos permite ver la ceguera y la negación con claridad y fuerza.

Necesitamos tiempo para escuchar, tiempo para amar, tiempo para reaccionar. Nos estamos empezando a sentir tan seguros y seguros de lo que vemos, de la forma en que lo vemos, que hemos perdido la capacidad de ver nuevas alternativas, nuevas posibilidades, ya no nos dejamos sorprender por diferentes enfoques y no tenemos ya la capacidad de ver relaciones invisibles y conexiones atemporales. Debemos dejar de imaginar y desear porque hemos interiorizado que sabemos lo que va a pasar y, sobre todo, cómo acabará.

El teatro es un reflejo de todas las vidas que nos acompañan y liberan, para siempre, de la soledad. Las personas nos humanizamos con la palabra, con el arte, por eso es fundamental comunicarnos a través del arte ante tanta toxicidad y mentira. El sentido social y público frente al individualismo salvaje y privatizador. La conciencia nos lleva a la solidaridad y la empatía, y nos recuerda que todas las personas somos iguales.

Pero, en realidad, en la vida no hacemos más que buscar un lugar donde quedarnos para siempre.

 ¿Qué es lo que, hoy en día nos hace tener algo de curiosidad, algo de entusiasmo? La esperanza. Creamos esa esperanza que hoy no tenemos. Éste es un momento de replanteamiento de nuestras mentes y de nuestras vidas de nuestras historias y, por tanto, de nuestro futuro. Y no podemos hacerlo cada uno de nosotros aisladamente, lo tenemos que entre todos y todas juntas. No necesitamos que nos entretengan, necesitamos reunirnos y compartir el espacio público, y necesitamos cultivar este espacio compartido, por eso os decimos: ven, entra, ríe, llora, sonríe con nosotros en el teatro!

También el teatro nos salvará.
El timbal, centro de formación y creación escénica.