Jugar es algo realmente serio

  • el timbal COMPROMETIDO SOCIALMENTE
  • el timbal ESCUELA

Jugar es algo realmente serio. El timbal, escuela de interpretación de Barcelona.

 

Recuerda este nombre: Lev Vigotsky

 

Jugar es algo realmente serio, y debemos sobretodo a Vigotsky ( Rusia, 1896 – 1934) que otorgara al juego , como instrumento y recurso socio-cultural, el papel de ser un elemento impulsor del desarrollo mental de los niños/as, facilitando el desarrollo de las funciones superiores tales como la atención o la memoria voluntaria. Según sus propias palabras «El juego es una realidad cambiante y sobre todo impulsora del desarrollo mental del niño/a«. Jugando, por tanto, aprendemos. También cuando somos personas adultas.

 

Vygotsky es uno de los grandes teóricos de la educación del siglo XX. Sus aportes han impactado en nuestros modelos actuales de educación, y de sus teorías se han desprendido múltiples concepciones aplicadas a la pedagogía de hoy en día. La teoría sociocultural de Vygotsky busca poner las bases de cómo el aprendizaje se construye paulatinamente durante los primeros años, y con ayuda del contexto social de los más pequeños.

Decimos que su teoría es constructivista porque a través del juego se construye su aprendizaje y su propia realidad social y cultural. Jugando con otros/as ampliamos nuestra capacidad de comprender la realidad del entorno social natural aumentando continuamente lo que Vigotsky llama «zona de desarrollo próximo (ZDP)».

La ZDP se define como «la distancia entre el nivel de desarrollo cognitivo real, la capacidad adquirida hasta ese momento para resolver problemas de forma independiente sin ayuda de otros, y el nivel de desarrollo potencial, o la capacidad de resolverlos con la orientación de un adulto o de otros niños/as más capaces«. El juego, por tanto,  forma parte esencial del desarrollo ya que amplia continuamente la zona de desarrollo próximo.

Así mismo, esta teoría sociocultural del desarrollo cognitivo se enfoca no solo en cómo los adultos y los compañeros/as, mediante un trabajo colaborativo, influyen en el aprendizaje individual, sino también en cómo las creencias y actitudes culturales impactan en el modo de llevar a cabo la instrucción y el aprendizaje.

jugar es algo realmente importante el timbal escuela teatro barcelona interpretación

 

La importancia del juego socio-dramático

En esta fase del juego en la niñez, que llega hasta los 6-7 años, se despierta  un interés creciente por el mundo de los adultos y lo «construyen» imitativamente, lo representan. De esta manera avanzan en la superación de su pensamiento egocéntrico y se produce un intercambio lúdico de roles de carácter imitativo que, entre otras cosas, nos permite averiguar el tipo de vivencias que les proporcionan las personas de su entono próximo. Juegan a ser la maestra, papá o mamá, y manifiestan así su percepción de las figuras familiares próximas.

Es por eso que a medida que el niño/a crece, el juego dramático, la representación «teatral» y musical con carácter lúdico, es un excelente recurso psicopedagógico para el desarrollo de sus habilidades afectivas y comunicativas. Además, aquellas actividades que se realizan de forma compartida les permiten interiorizar las estructuras de pensamiento y comportamentales de la sociedad que les rodea, apropiándose de ellas.

El juego, pues, sirve para explorar, interpretar y ensayar diferentes tipos de roles sociales observados, a la vez que contribuye a expresar y a regular las emociones. Casi nada.

jugar és quelcom realmente important el timbal escola teatre interpretació barcelona

 

¿Cómo aplicamos en clase su teoría?

Os compartimos algunas indicaciones sobre lo que consideramos fundamental a la hora de formar, desde la perspectiva que mencionamos anteriormente y que nos acompaña en nuestra actividad docente.

En las sesiones: 

  • Hay que transmitir una idea fundamental al alumnado: el comportamiento de niños y niñas en el proceso de aprendizaje es el modelo a seguir para los adultos: ensayo y error. En el proceso para hacer las cosas bien, con frecuencia, antes, las hacen mal. Y como carecen de esa conciencia de bien y mal, nunca conceden una connotación negativa al error y, por tanto, no se frustran. Sólo les interesa conocer, explorar, investigar, aprender.
  • La solidaridad entre el alumnado es un valor que tiene la característica de actuar como el eco. Se extiende rápidamente y abarca a todas las personas, por lo que los logros de un compañero/a muestran el camino para los logros de los demás.
  • El buen humor es contagioso y relaja. No hay que temer que produzca falta de atención o una actitud poco seria. Es compatible con el rigor y la autodisciplina y es tarea del pedagogo o pedagoga que así sea.
  • Las charlas o pequeñas evaluaciones al final de la sesión facilitan un ambiente de diálogo y reflexión sobre lo aprendido y, además, permiten que no se acumulen las dudas, las insatisfacciones, los comentarios pendientes y los eficaces refuerzos positivos sobre los avances obtenidos.
  • Todas las personas deben tener su espacio y su tiempo para experimentar todos los ejercicios e improvisaciones. De no ser así, la frustración puede aparecer en algunas de ellas, y con razón.
  • Hay que transmitir la idea al alumnado de que no basta con seguir las pautas marcadas por el profesor o profesora en cada juego o ejercicio. Evidentemente, hay que respetarlas, pero intentando siempre ir más allá, es decir, haciendo algo creativo que incluso supere lo pautado. La idea es combatir el conformismo y reclamar de cada persona, siempre, la iniciativa creadora.

Para la persona que enseña:

  • El buen pedagogo/a es como un buen árbitro: lo mejor que puede hacer es pasar desapercibido/da. Que el juego sea rico, que el alumnado disfrute y aprenda como si él o ella no hicieran nada.
  • El formador/a no es infalible. No hay que pretender ocultarse con erróneas interpretaciones de status.
  • Un buen esquema para una sesión o un curso no debe ser inflexible. Si el profesor/a advierte que la energía y el momento exigen un cambio, habrá que poner en práctica la capacidad de improvisación para apartarse del esquema y experimentar por caminos no previstos a priori. Es preciso arriesgar y, además, es un buen ejemplo para que el alumnado también lo haga.
  • Es necesario desarrollar una buena memoria visual. Eso permite ilustrar, con detalles concretos de cada improvisación, los comentarios que se hacen sobre el trabajo individual o de grupo. Esa explicación detallada consigue que cada alumno o alumna entienda mejor los conceptos y contribuye a confiar plenamente en la opinión del formador/a.
  • El objetivo del pedagogo/a es ayudar a cada persona en su proceso de aprendizaje, no el lucimiento personal. Hay que controlar el ego en todo momento, el propio y el de cada alumno o alumna.
  • El formador/a debe fijar como objetivo que el alumnado haga suyos dos o tres conceptos básicos de lo que enseña, especialmente en los cursos de corta duración. No hay que pretender más, pues provocará frustración, en los alumnos/as y en el profesor/a.
  • Ser muy claro/a en las explicaciones de los ejercicios permite un mejor aprovechamiento del tiempo, pues se reducen las dudas y preguntas y se evita la realización de propuestas con pautas mal entendidas, con la consiguiente confusión que ello comporta y la necesidad de repetir el ejercicio. A pesar de ser claro, conviene preguntar, antes de empezar, si hay alguna duda. A veces, la pregunta de una persona aclara su propia duda y la de las que no se atreven a formularla.
  • Es peligroso que los ejercicios tengan una duración larga. Hay que evitar el cansancio físico o el aburrimiento, por lo cual es conveniente que el formador o formadora permanezca muy alerta para poder detectarlos antes de que se produzcan.
  • Cuando se analicen los ejercicios es preciso recalcar los logros alcanzados, los mejores momentos o los avances individuales en el proceso de aprendizaje. Después vendrán las críticas constructivas sobre los errores, con el objetivo de mejorar y facilitar el camino en las siguientes propuestas.
  • El pedagogo/a no puede decirlo todo. Es preciso dar un tiempo al alumnado para comentar un ejercicio, si desean añadir algo. Siempre es probable que estas aportaciones aporten luz a los demás, profesor/a incluido.
  • Es imprescindible que la mirada del formador/a cuando habla sea directa y transparente. Una buena parte de la confianza comienza a lograrse con la mirada.

Dice Erika Landau, experta en investigación de la creatividad, que “la actitud creativa ante la educación significa descubrimiento, liberación y fomento de los potenciales del ser humano, tanto del que enseña como del que aprende”. 

En nuestra escuela, el timbal, contamos con un equipo de profesorado ampliamente formado en pedagogía teatral , con una clara vocación por la enseñanza y de una gran calidad artística y humana. Si quieres conocernos más, puedes ir aquí

Recuerda que que te acompañen bien en el proceso de crecimiento artístico y técnico es vital para que puedas crecer como actor/actriz y como persona. Nuestra escuela es garantía de ello

jugar es algo realmente importante el timbal escuela teatro interpretación barcelona

Fuentes

Additio App, Metodologías.
Yasnitsky, A., van der Veer, R., Aguilar, E. & García, L.N. (Eds.) (2016). Vygotski revisitado: una historia crítica de su contexto y legado. Buenos Aires: Miño y Dávila Editores
El actor creativo. Mantovani ; Jara.