Salud mental y profesión actoral

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Vivir en la vida y ser un artista en el escenario: Salud mental y profesión actoral. El timbal, escuela de interpretación de Barcelona.

 

Recuperamos esta cita de Lee Strasberg: «La naturaleza humana del actor no sólo hace posible su grandeza, sino que también es la fuente de sus problemas».

Ciertamente, los actores y actrices pueden poseer la habilidad técnica para hacer ciertas cosas. Sin embargo, también tienen serias dificultades para expresarlas a causa de su vida emocional o de otros problemas inherentes a su existencia humana.

La actitud ante esta realidad debería poder tratar de aliviar cualquier dificultad inherente a sí mismo que esté bloqueando sus capacidades y disminuyendo su libertad de expresión. También atender al sufrimiento que esto provoca, especialmente cuando el actor ve que no puede gozar de su vocación.

 

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La salud mental

Ahora que la salud mental está, por fin, dejando de ser un tema tabú. La visita a las personas profesionales de la psicología no está relegada a una minoría que lo lleva en secreto. Por lo tanto, creemos que es vital que los actores y actrices y los y las estudiantes puedan encontrar espacios terapéuticos donde tratar estas problemáticas. Por las características de la profesión (al igual que tantas otras profesiones vocacionales), comportan ciertos riesgos para la salud mental y emocional.

Los actores y actrices por la doble condición de ser instrumento e instrumentista, estamos expuestos a estos riesgos y debemos aprender a cuidar y saber gestionar nuestra actividad profesional y creativa. Jacques Lecoq decía «puede que sea una utopía, pero yo deseo que el alumno sepa vivir en la vida y que, a la vez, sea un artista en el escenario». Más que utópico suena necesario y coherente. El teatro es importante, pero la vida lo es más y el mito del artista atormentado ha hecho mucho daño. Para poder disfrutar y hacer disfrutar con nuestro arte ¡hay que poder tener la cabeza muy bien puesta!

Es bien sabido por todo el mundo que el teatro resulta ser una herramienta poderosa para el autoconocimiento, pero también hay que reivindicar que el trabajo personal es muy útil y necesario en la profesión actoral. Sin esa mirada y este trabajo, es difícil desplegar la autenticidad y la singularidad que cada uno de nosotros poseemos. Aportan al actor/actriz la posibilidad de una exploración profunda de sí mismo para conseguir un máximo de congruencia interna que le conduzca a una respuesta auténtica y vital en el escenario o en la pantalla.

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Jerzy Grotowsky y Peter Brook, entre otros, reconocen la repercusión que tiene el trabajo teatral en el personal y viceversa. Grotowsky asegura que para que caigan las propias barreras, el actor/actriz debe superar el primer gran obstáculo que encuentra, que es la propia persona. En ella se encuentran las resistencias que se oponen a sus procesos psíquicos, emocionales o impulsos corporales.

En la misma línea, Uta Hagen afirma que la lucha por conocerse a uno mismo/a no termina nunca y que es necesario profundizar en los sentidos físicos, en la propia psicología y en las emociones para conseguir la autenticidad en escena.

La actuación, al fin y al cabo, se basa en el estudio de los conflictos y las relaciones humanas. Por lo tanto, es absurdo querer representar a otros seres humanos sin tener un cierto conocimiento sobre uno/a mismo/a. Como actores y actrices, trabajamos con nosotros mismos/as, y todo lo humano es nuestro objeto de estudio. Por tanto, tiene sentido que nosotros mismos también seamos parte de este estudio que no termina nunca.

Al actor/actriz le corresponde, pues, para llegar a la madurez creativa, el hecho de poder enfrentarse a sí mismo. No ocultarse nada y ser capaz de encontrar las respuestas necesarias para crear realidad en la misma ficción. El teatro facilita que afloren nuevos “yos” que nos interrogan. Darles espacio, dejarnos cuestionar sin prisa por encontrar respuestas nos acercará más a lo que estamos dentro y fuera del escenario. La actitud de los intérpretes es fundamental para su crecimiento, pues determina su manera de estar en el mundo. Esta se define por su valor para arriesgarse, para poder lanzarse sin miedo al contacto con su cuerpo y las sus emociones, focalizarse en una crítica constructiva y sostener la mirada de los demás.

 

Para el estudiante de interpretación, futuro actor/actriz el personaje más importante, antes que cualquier otro, es él mismo y debería poder recorrer este camino para poder desplegar de manera sana y libre todo su potencial creativo.

 

Salud mental y profesión actoral. el timbal, escuela de teatro de Barcelona.